CMYK vs. RGB

Detrás de cada tono que vemos en pantalla o en papel, se esconde una compleja interacción de modelos de color. Si alguna vez te preguntaste por qué un diseño se ve diferente impreso que en tu pantalla, la clave reside en entender las diferencias entre CMYK y RGB.



RGB: La luz que da vida a tus pantallas


El modelo de color RGB, acrónimo de Rojo (Red), Verde (Green) y Azul (Blue), es un sistema de color aditivo. Esto significa que los colores se crean sumando luz. Pensa en cómo funciona la luz dela pantalla de la computadora, tablet o celular: estos dispositivos emiten pequeñas luces rojas, verdes y azules que, al combinarse en diferentes intensidades, pueden reproducir una vasta gama de colores. Cuando las tres luces están al máximo, el resultado es el blanco puro; cuando están ausentes, se obtiene el negro.


Características clave de RGB:

CMYK: La tinta que colorea las impresiones


Por otro lado, el modelo CMYK (Cian (Cyan), Magenta (Magenta), Amarillo (Yellow) y Negro (Key/Black)) es un sistema de color sustractivo. En este caso, los colores se forman al restar luz de una superficie blanca a través de la absorción de tintas. Es el modelo estándar utilizado en la impresión offset, digital y otras técnicas de reproducción de imágenes en papel u otros sustratos físicos. Las tintas cian, magenta y amarillo se mezclan para crear una amplia gama de colores, mientras que el negro se añade para dar profundidad, contraste y detalles finos que no se pueden lograr solo con la mezcla de los tres primeros.


Características clave de CMYK:


¿Por qué mi diseño se ve diferente en pantalla y en papel?


La principal razón de esta discrepancia radica en la diferencia fundamental entre cómo CMYK y RGB generan color. Una pantalla RGB puede mostrar colores muy brillantes y saturados que simplemente no pueden ser replicados con tintas CMYK. Cuando un diseño creado en RGB se convierte a CMYK para impresión, algunos colores que están fuera de la gama de CMYK (conocidos como "colores fuera de gama" o out-of-gamut) se ajustan automáticamente a la gama de impresión más cercana, lo que puede resultar en una ligera variación en el tono, la luminosidad o la saturación.


Consejos clave:

  1. Defini tu propósito desde el inicio: Si tu proyecto va a ser impreso, comienza a diseñarlo en CMYK desde el primer momento. La mayoría de los programas de diseño gráfico, como Adobe Photoshop o Illustrator, permiten seleccionar el modo de color al iniciar un nuevo documento.
  2. Conversión cuidadosa: Si ya tienes un diseño en RGB y necesitas imprimirlo, realiza la conversión a CMYK con atención. Es recomendable hacer pruebas de impresión si el color es crítico para tu proyecto.
  3. Monitores calibrados: Para diseñadores y profesionales, tener un monitor calibrado es fundamental. Esto ayuda a asegurar que los colores que ves en pantalla son lo más precisos posible y se acercan a lo que se obtendrá en la impresión.
  4. Comunicate con tu imprenta: Siempre es una buena práctica hablar con tu proveedor de impresión sobre los perfiles de color que utilizan. Esto puede ayudarte a evitar sorpresas desagradables.


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